viernes, 4 de marzo de 2011

Casas Viejas recuerda a 'El americano'

Jerome R. Mintz, más conocido entre los lugareños como 'El americano', no se parece en nada al George Clooney de la película, un espía extranjero que se deja caer por un coqueto pueblo del norte de Italia para huir de sus jefes. El antropólogo que viajó en incontables ocasiones a Casas Viejas en los años 60 y 70, al que curiosamente más de uno confundió en su día con un agente de la CIA, dejó una mayor impronta en la localidad gaditana que el personaje de ficción en la suya. Más de dos décadas después de que falleciera aquejado de una leucemia, son muchos los que le recuerdan en Benalup. De su pluma salió el primer libro sobre los Sucesos de 1933, que dio pie a numerosas investigaciones posteriores. Además, tal y como reconoce Salustiano Gutiérrez, de la Asociación Amigos de Mintz, fue un pionero a la hora de utilizar «fuentes orales». Y es que Jerome vivió con los campesinos que fueron protagonistas de esta historia sangrienta, cuyos testimonios engrosan las páginas de 'Los anarquistas de Casas Viejas'.
Su legado, formado por dos volúmenes, seis cintas de cine y más de 5.000 fotografías, fue cedido en 1996 al pueblo. Pese a que su enfermedad le quitó la posibilidad de pasear más por las calles de Benalup, su espíritu está por todas partes. Nadie como él supo retratar en profundidad la realidad de los jornaleros, la idiosincrasia de los paisanos, las prácticas ganaderas y tradiciones como el Carnaval. Precisamente un carnavalero, que en su día prestó su historia a Jerome, será homenajeado este sábado en la Casa de Cultura. Jesús Mañez, albañil y autor de coplas, recibirá de manos de la hija de 'El americano' el segundo galardón 'La gorra de jornalero de Mintz'.
Carla Mintz regresa después de un año al pueblo en el que creció para ejercer, además, de pregonera del Carnaval benalupense. Ya el año pasado una comparsa dedicó coplas a su padre, quien también firmó un libro dedicado a esta fiesta. 'Coplas del Carnaval' se editó en EE UU en 1997 y no llegó a España hasta 2008. Mintz dedicó una parte a la fiesta en Benalup, otra a Trebujena y una última a las ilegales de Cádiz. «Tuvimos que traducir todas las coplas al español», recuerda Salus, el profesor de Historia del I. E. S. Casas Viejas.
Además, el sábado se inaugurará una nueva exposición con material del antropólogo, veinte de sus fotografías que retratan los bares del pueblo en los sesenta. No sólo los espacios, sino sus protagonistas, quienes eran custodios de grandes y apasionantes historias. 'Los bares de antes' abrirá al público en la calle San Juan hasta el 18 de marzo.
Los organizadores han editado un centenar de catálogos de la muestra, además de postales que los visitantes podrán llevarse gratis. Esta muestra se incluye en la programación de la Semana Cultural del Ayuntamiento de Benalup.
No es la primera vez que Mintz protagoniza una exposición en Benalup. «El material que nos dejó es oro puro. Vamos a hacer otra con sus fotos dedicadas a la ganadería», apunta Salus. Y es que el pueblo cuenta con cinco millares de imágenes del pueblo en los años sesenta gracias a este estudioso extranjero que quedó fascinado por las gentes de este rincón de la Janda.
«Muchos expertos han venido después a documentarse sobre los Sucesos, pero solían estar unos días y se iban. Pero Mintz convivió con los campesinos durante dos décadas. Él ha escrito el mejor libro sobre el tema», afirma rotundamente el responsable de la asociación que lleva su nombre.
El 'cazador cazado'
Según Salus, el escritor Juan José Téllez dio en el clavo cuando dijo que Mintz fue el «cazador cazado». «Vino a Benalup a cazar información y se quedó atrapado por esta gente. Decía que en Estados Unidos las personas estaban muy estresadas y admiraba la alegría de los habitantes del pueblo». Precisamente para homenajearles a todos, Mintz portó hasta sus últimos días una gorra de jornalero durante su día a día en la Universidad de Indiana, donde impartía clases.
Precisamente, según recoge Salus, Mintz era de los que elogiaba las virtudes del mundo rural y el estilo de vida de los campesinos. «Su trabajo fue clave para la recuperación de la memoria histórica».
De Bilbao al pueblo
Casas Viejas sedujo a Jerome Mintz desde el primer momento. Eso sí, llegó a ella de casualidad. Decidido a investigar sobre la relación de la religión con la guerra, recaló en 1964 en Bilbao y después llegó a Casas Viejas, donde se topó con los Sucesos y vio un filón para su estudio. Junto a su familia, cambió su residencia en Indiana por el pequeño pueblo gaditano. Allí crecieron sus hijos y durante esas dos décadas, aunque no dejaron de ser 'los extranjeros', se integraron perfectamente en la comunidad.
Cada vez que regresa, Carla Mintz vuelve a sentir ese calor. Le encanta escuchar las historias que cuentan de su padre los ancianos del pueblo. «Tenía un don especial para hacer que la gente se abriera», dijo en su visita el año pasado. A sus 46 años, pese a que vive feliz en Indiana cerca de su madre, experimenta una nostalgia especial cuando se acerca a este pequeño rincón de España.
 

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