Otra vuelta de interrogatorios con citaciones a vecinos que todavía no habían pasado por la sala instalada en el Ayuntamiento de Arriate. La Guardia Civil sigue indagando para tratar de detectar pistas o contradicciones en los testimonios que le abran nuevas vías o apuntalen las que ya maneja sobre la muerte de la niña de 13 años María Esther Jiménez en la localidad de la Serranía de Ronda. Los investigadores siguieron ayer con los interrogatorios a los vecinos del municipio, aunque parece que se ha entrado en una nueva fase, en la que están siendo llamadas personas que hasta el momento sólo habían sido preguntadas de manera informal y que han tenido que hacer una comparecencia oficial en estos días.
Entre ellos se encuentran algunos residentes de las casas más próximas al lugar donde se encontró el cadáver, así como el propietario del establecimiento recreativo al que solía acudir María Esther a realizar compras por encargo de algunos amigos. Además, ayer se confirmó que las pesquisas no se centran únicamente entre los vecinos del casco urbano, puesto que los agentes han acudido a núcleos de población dispersos para recabar información sobre movimientos sospechosos en la zona el día de la desaparición.
En cuanto a la información aportada por los testigos, muchos insisten en que ese día no vieron nada que les llamase la atención en los alrededores de la caseta donde apareció el cadáver. Ni gritos ni movimientos extraños en una zona que suele ser frecuentada por jóvenes de la localidad con cierta frecuencia, aunque insisten estos testimonios en que la presencia es mucho mayor en verano y no en estas fechas de invierno. En este sentido, han considerado como "raro" que la muerte de la joven tuviese lugar en la zona de la caseta y que ningún vecino ni los perros de la zona se alertarse ante los movimientos. Por eso, ellos especulan con la posibilidad de que el crimen se cometiera en otro lugar. Además, han sido llamados a declarar integrantes de la banda de cornetas y tambores de Arriate.
Fuente: Diario de Cádiz
Entre ellos se encuentran algunos residentes de las casas más próximas al lugar donde se encontró el cadáver, así como el propietario del establecimiento recreativo al que solía acudir María Esther a realizar compras por encargo de algunos amigos. Además, ayer se confirmó que las pesquisas no se centran únicamente entre los vecinos del casco urbano, puesto que los agentes han acudido a núcleos de población dispersos para recabar información sobre movimientos sospechosos en la zona el día de la desaparición.
En cuanto a la información aportada por los testigos, muchos insisten en que ese día no vieron nada que les llamase la atención en los alrededores de la caseta donde apareció el cadáver. Ni gritos ni movimientos extraños en una zona que suele ser frecuentada por jóvenes de la localidad con cierta frecuencia, aunque insisten estos testimonios en que la presencia es mucho mayor en verano y no en estas fechas de invierno. En este sentido, han considerado como "raro" que la muerte de la joven tuviese lugar en la zona de la caseta y que ningún vecino ni los perros de la zona se alertarse ante los movimientos. Por eso, ellos especulan con la posibilidad de que el crimen se cometiera en otro lugar. Además, han sido llamados a declarar integrantes de la banda de cornetas y tambores de Arriate.
Fuente: Diario de Cádiz
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